La líder del partido nacionalista escocés y primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, ha planteado la convocatoria de un nuevo referéndum de independencia aprovechando la crisis del Brexit.

Hace seis años el independentismo escocés reclamó el "derecho a decidir" que la constitución del Reino Unido contempla (pues Escocia había sido un pais independiente que fué anexionado al Reino Unido) y lo ejercieron en un referéndum bilateral y acordado que se celebró en 2014 con todas las garantías democráticas.  Los independentistas no llegaron a la mayoría, por lo que el pueblo soberano de Escocia decidió permanecer en el Reino Unido.

Apenas seis años después, el brexit sirve de excusa a los nacionalistas para invalidar el resultado de aquél voto y volver a invocar un "derecho a decidir" que invalida lo ya decidido, en un nuevo referéndum que en caso de victoria sería irreversible pero que en caso de derrota solo debería esperar a cualquier nuevo conflicto político para ser nuevamente invocado.

El anuncio de Nicola Sturgeon de que canalizará un presunto "mandato democrático" para un nuevo referéndum de independencia ha sido rápidamente apoyado por el president sustituto de Cataluña, Quim Torra, que ha obviado todas las diferencias entre ambos procesos, como que Cataluña nunca ha sido un país, que el choque unilateral careció de cualquier garantía, que la constitución española no contempla dicha opción o que dicha constitución fué apoyada en Cataluña por un 90% de catalanes cuyo voto se pretende invalidar.

Los rivales políticos de Sturgeon están aprovechado este apoyo para desprestigiar el "neverendum" escocés y poner de manifiesto la hipocresía de que se pueda invocar eternamente tras cada derrota pero sea irreversible en caso de victoria.