Desde que el fenómeno llamado Podemos capitalizase el movimiento 15-M para fundar un partido político situado prácticamente en la extrema izquierda, el acelerado crecimiento del fenómeno fue aprovechado en todas las autonomías españolas para refugiar a movimientos minoritarios de caracter nacionalista. Especialmente llamativa fué la purga en Cataluña de las voces discrepantes que pedían a los recién estrenados "círculos" de Podemos que no incluyesen al nacionalismo identitario en sus filas y lo considerasen "casta", como al resto de la oligarquía dominante contra la que decían luchar. Tal purga eliminó la discrepancia y dejó en la cumbre a independentistas confesos como Lluís Franco Ravell (que decidió ocultar el apellido "Franco") o Ada Colau, ambos votantes confesos del sí a la independencia en el pseudoreferéndum del 9-N, y que a partir de entonces empezaron a practicar esa conocida "equidistancia" consistente en actuar como independentistas y decir que no lo eran.
El fenómeno se reprodujo a escala nacional, con el Compromís valenciano y las Mareas gallegas. En cada comunidad, Podemos defendía a las minorías atacando a las mayorías, hasta extremos como tener sus carteles electorales en Asturias únicamente en asturiano, un idioma muy minoritario.
Desde entonces no han sido pocas las peleas internas, fusiones y contínuas escisiones en la formación morada, con cambios de nombre incluidos, de Podemos a Unidos Podemos y en la actualidad Unidas Podemos. Muchas de las discrepancias han sido, precisamente, a tenor del doble rasero mediante el cual la formación morada siempre ha denunciado los trapos sucios de nuestro país, pero jamás los del independentismo, su socio preferente.
Y es que el acomplejamiento de la izquierda ante los nacionalismos identitarios es tan generalizada como incomprensible. Unos movimientos que se basan en la igualdad, la hermandad entre los trabajadores y la ausencia de fronteras se acobardan ante un nacionalismo de extrema derecha maquillado con un fino barniz de izquierda muy fácil de rascar, y se niegan a denunciar su evidente hipocresía por miedo a ser llamados 'fascistas'.
Hasta que la gente se cansa. Y es aquí donde aparece Unidos SI. Una formación que se escinde de Unidas Podemos para ocupar la misma zona del espectro izquierda/derecha que la formación morada o que partidos como la CUP, pero que en el otro espectro, el de constitucionalismo/Secesionismo, está más próxima al PP o a Ciudadanos. Y aunque nos cueste asimilarlo, lo cierto es que es un posicionamiento mucho más coherente, ya que la izquierda real siempre ha tratado de abolir fronteras, jamás de levantarlas. Por eso la nueva formación, de tamaño aún reducido, no solo agrupa discrepantes morados, sino socialistas desencantados, así como también comunes de otras formaciones y ex-afiliados de Iniciativa/Els Verds.
Y es que el constitucionalismo de "extrema izquierda" era un espacio electoral que aún faltaba por llenar, el hueco que quedaba para que el constitucionalismo fuese totalmente transversal, desde la derecha más extrema de VOX, pasando por la derecha del PP, el centro (según el día) de Ciudadanos, un centroderecha socialista demasiado cómplice con el secesionismo y nuevas formaciones de izquierda no nacionalista, como Izquierda en Positivo o DCIDE, hasta el nuevo Unidos SI. Frente a ellos la alineación secesionista, con la extrema derecha irredenta del MIC, la extrema derecha más disimulada del PDECAT, la pseudoizquierda de ERC, la extrema izquierda cómplice de los comunes y la extrema extrema izquierda de la CUP, y sin centro conocido.
Pero Unidos SI aún nos depara otra sorpresa. Dentro de un posicionamiento de izquierda más radical que los de DCIDE o Izquierda en Positivo, la nueva formación se muestra abiertamente partidaria de la idea de Tabarnia, lo que implica la división de Cataluña en dos comunidades autónomas, una para las comarcas más constitucionalistas, fundamentalmente grandes ciudades costeras e industrializadas, y otra para las nacionalistas, mayormente pequeños municipios de interior y principalmente agrícolas.
Ya veremos cual puede ser el alcance de esta nueva formación que se ha presentado por sorpresa en algunos municipios y que ya tiene un candidato para Barcelona, Julio Villacorta, además de presentarse en otros municipios como Blanes.