Miguel Hernández es Jefe de la Policía Local de Capellades, Barcelona. Es un servidor de la ley, y como tal procura que en su municipio la cumplan todos por igual, sin importar el partido político al que uno pertenezca o el distintivo que se luzca en la solapa.
Pero esa legítima imparcialidad chocó de frente contra el muro del ayuntamiento la primera vez que tuvo que poner una denuncia por alcoholemia a una ciudadana que resultó ser concejala de cultura (y de la CUP). Desde entonces, Hernández ha estado en el punto de mira del ayuntamiento.
Aquél primer conflicto con la concejala podría no haber sido tan relevante de no haber tropezado el Jefe de Policía con asuntos que implicaban presuntamente al propio alcalde, el independentista Aleix Auber, también de la CUP, al que denunció por instalar cámaras ilegales para perseguir a quienes retirasen los lazos amarillos que inundaban la villa y cuya colocación, aparte de usurpar los espacios públicos, violaba las ordenanzas municipales.
Sin embargo este no es el único abuso del entonces alcalde que ha sido denunciado por el jefe de policía. Hernández también ha sacado a la luz diversas contrataciones "a dedo" que han ido en perjuicio del pueblo, así como la concesión de diversos favores a vecinos que han generado una presunta red clientelar con la que el Aleix Auber habría podido comprar el voto de ciudadanos del municipio.
En un momento dado los actos de Auber tuvieron un caracter aún más personal para Miguel Hernández, ya que el entonces alcalde llegó a utilizar los datos personales del propio jefe de policía y a falsificar su firma para contratar las pólizas de seguros de hasta nueve vehículos de la brigada municipal de Capellades, apareciendo en todas ellas el jefe de policía como conductor habitual. Dichos contratos se mantuvieron en vigor durante años, y han motivado que el jefe haya denunciado a su alcalde también por usurpación de identidad y falsedad documental.
Durante este periodo al jefe Hernández se le han abierto tres expedientes disciplinarios y 14 denuncias, todas ellas falsas según sus declaraciones, interpuestas de forma arbitraria por no hacer la vista gorda ante el consistorio nacionalista.
Con la llegada de las elecciones municipales se produjo un cambio de gobierno municipal. El alcalde nacionalista de la CUP fue sustituido por el alcalde nacionalista de ERC, Salvador Vives. En un principio este hecho no supuso un gran cambio, al pasar Capellades del pacto CUP-ERC al pacto ERC-CUP, por lo que Hernández no albergó esperanzas de que su situación fuera a cambiar.
A la vista de la situación el Jefe de Policía inició hace cuatro días una huelga de hambre frente a la puerta del Ayuntamiento de Capellades. Inicialmente el alcalde no se dignó a atenderlo. Según se comunicó al agente de la ley, no tenía tiempo. Sin embargo tras tres días de huelga el nuevo edil ha llegado a contactar con él y le ha pedido "tiempo" para revisar su situación y conocer al detalle los expedientes abiertos.
El jefe de policía ha suspendido por el momento la huelga de hambre, aunque cree que es probable que la actitud del nuevo alcalde quede solo en buenas palabras. A fecha de hoy no le han retirado ni una demanda, ni una sanción, pero al menos ha podido reunirse con el nuevo alcalde y con el futuro regidor de gobernación, que han manifestado no saber prácticamente nada de su situación. Según declaraciones del Jefe Hernández a este medio, ambos han manifestado sorpresa por algunas de las informaciones y la voluntad de comprobar los hechos.
El jefe Hernández nos ha comunicado que alberga cierto optimismo respecto a su situación, al fin y al cabo nos hallamos en un periodo político en el que Esquerra Republicana intenta marcar distancia con las posturas radicales y de desafío a la ley tanto de PDECAT como de la CUP, pero no piensa bajar la guardia. Según el normal curso de la justicia el nuevo consistorio empezará a recibir pronto las demandas interpuestas durante estos meses de acoso, y Hernández piensa tomar medidas adicionales si vuelve a interponerse contra él otra denuncia fraudulenta.
Esta es la situación actual del Jefe de la Policía Local de Capellades. Hernández sabe que no tiene por qué aguantar más esta situación. Puede cambiar de destino, elegir otro lugar y empezar de nuevo. Puede mantener un perfil más bajo, llamar menos la atención, y ser tratado como uno más.
Pero el jefe Hernández es un servidor de la ley, y prefiere quedarse en su puesto y tratar de hacer que la ley se cumpla. Otros agentes catalanes de diversos cuerpos, entre ellos la mosso Inma Alcolea, sufren situaciones similares. Algunos han contactado entre sí, porque saben que no están solos. No son casos aislados, y no toda la gente está conforme con que la ley y sus servidores deban plegarse a la política, ni en Capellades ni en ningún sitio.