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Mossos nacionalistas libran una vergonzosa batalla por el "derecho a acosar"

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El líder de los mossos secesionistas se escuda en una regla de Facebook para poder señalar a los hijos de la mosso discrepante Inma Alcolea         
Voces Layetanas
José A. Ruiz 03/02/2020 2232

Hay batallas que daría vergüenza ganar, y el nacionalismo está librando una. La asociación "Drets" (Derechos) se define en twitter como "Asociación de profesionales del mundo del derecho que nace para defender la sociedad catalana de los ataques sistemáticos que padece en forma de odio e insultos". Tras una denominación tan victimista (nos odian, nos insultan..) este chiringuito nacionalista (y van..) ha difundido con regocijo en las redes sociales el sobreseimiento de la denuncia de la agente de los Mossos d'Esquadra Inma Alcolea contra el también agente que colgó en internet fotos de sus hijos para señalarlos como hijos de una discrepante.

El sobreseimiento ha estado debido a que, según Facebook, compartir fotografías de niños por Facebook no es delito si esas fotografías han sido compartidas antes por los padres en la misma red social, acción que lleva implícito el consentimiento de difusión.
Pese al sobreseimiento de la denuncia, el hecho moral continúa siendo el mismo. Ciertos mossos de Esquadra secesionistas, encabezados por el enfant terrible Albert Donaire (un mozalbete venido a más debido a la impunidad que supone que cualquier gamberrada se le permita si es en nombre de "la nacíò") sienten que todo vale y que se puede y se debe señalar y acosar a los hijos de una agente que protesta por la politización de un cuerpo policial que debería servir a todos.
Sin embargo Inma Alcolea no piensa dejar que la silencien. Su recurso de reforma y apelación ya está en marcha y hace hincapié tanto en la invasión del derecho a la privacidad de sus hijos como en el uso que de esas imágenes (extraída de una cuenta personal, y no de un perfil público y abierto) está haciendo el secesionismo.
Porque nada queda ya de aquella supuesta superioridad moral, de aquél "Nosaltres som més democràtics", de aquella falsa honestidad y dignidad. La acción de los nacionalistas contra la familia de Inma Alcolea no es más legítima que el acoso a la mujer y a los hijos de Frank Cuesta por proteger las especies salvajes en Tailandia. Pero al nacionalismo le parece bien, y así lo demuestran las felicitaciones y apoyos de seguidores nacionalistas a lo largo y ancho de las redes sociales (Enhorabona, Albert!). En ningún momento se critican los métodos ni se discrepa del resultado, pues la discrepancia o la autocrítica colocaría a cualquier nacionalista en el bando de los "botiflers" (traidores).
Tampoco tienen desperdicio los comentarios triunfalistas del propio Donaire (¡Otra! Solo encadena malas noticias), aunque lo cierto es que la inmensa mayoría de las denuncias interpuestas por Inma Alcolea contra las maniobras de acoso del Mosso nacionalista y contra el propio cuerpo de los Mossos han acabado en sentencias favorables a ella.
El problema es que la mosso Inma Alcolea tiene un serio enemigo en la forma de la División de Asuntos Internos (DAI), un cuerpo presuntamente politizado por miedo al cual la mayoría de mossos que discrepan de las tesis nacionalistas optan por guardar silencio. Esta organización, según testimonios de algunos agentes entrevistados por este medio, hace lo posible por librar a agentes como Donaire de las denuncias, haciendo que los numerosos expedientes abiertos caduquen y queden sin efecto, desde los relacionados con su participación en la votación ilegal del 1/10/2017 hasta los relacionados con la aplicación del 155 o con un activismo político en el que se implica como agente de la ley de una forma a todas luces incompatible. Las fuentes consultadas nos han manifestado que en alguna ocasión la DAI ha llegado a comunicar a Donaire que, para guardar las formas, debían aplicarle alguna sanción de cara a la galería "para que no se note tanto el favoritismo" pero que procurarían que fuese siempre de forma leve.
Por otra parte los mossos que no siguen las consignas nacionalistas, como Inma Alcolea o aquél mosso que fue grabado pronunciando la frase "La república no existe" son represaliados con un bombardeo de expedientes, traslados injustificados… También hay ya sentencias condenando a los Mossos por tales prácticas.
Por más que lo intente, el nacionalismo no logra demostrar la superioridad moral que quiere aparentar. El lazo amarillo que muchos ostentan no significa ya lo que ellos pretenden, porque el símbolo ha sido pervertido, como la cruz gamada lo fue antes que él. Quien enarbola el victimismo es ahora verdugo. En la guerra, dicen, todo vale. Y el nacionalismo está librando una guerra unilateral y sin límites morales contra un rival que no les considera enemigos. Una guerra, por tanto, tan abusiva y vergonzosa como presumir de quedar impune al señalar y acosar a los hijos de quien no piensa como uno.
Estaremos atentos a la evolución de la causa y a la futura sentencia, que a buen seguro será a favor de la democracia y, sobre todo, de los derechos de esos niños.
                   

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